De Bilbao a Galicia en autocaravana: naturaleza, murallas y buen pulpo

Salimos de Bilbao en nuestra autocaravana, con dos niños cargados de ilusión por el viaje. Nuestra primera parada fue Espinosa de los Monteros, un precioso pueblo de montaña en el norte de Burgos. Allí encontramos una área de autocaravanas con unas 20 plazas, perfectamente situada para visitar el entorno.

Espinosa nos sorprendió con su oferta natural y familiar: descubrimos las piscinas naturales, el mirador de La Herbosa, y varias sendas aptas para hacer con niños, como la Senda del Lobo Bobo o el agradable paseo hasta el famoso columpio gigante. Desde el área, se puede llegar al pueblo caminando en unos 15 minutos, ya sea por un sendero o por la acera de la carretera.

En el pueblo comimos en Tu Casa Gastrobar, donde nos atendieron rápido y disfrutamos de sus raciones. Un lugar muy recomendable si se va en familia.

Cabe destacar que, al encontrarse cerca de un parque natural, no se pueden hacer barbacoas en las parcelas del área.

Nuestro plan inicial era recorrer pueblos poco a poco hasta llegar a Lugo, pero el mal tiempo nos obligó a hacer un gran salto de carretera y conducir 400 kilómetros del tirón hasta Baralla, ya en tierras gallegas. Allí pasamos la noche en su área municipal de autocaravanas, también con unas 20 plazas, junto al río y rodeados de instalaciones deportivas gratuitas: pádel, futbito, baloncesto y tenis. Justo al lado se encuentran también las piscinas y un chiringuito, que abren a finales de junio. El entorno era tranquilo y privilegiado, y todo completamente gratuito, ideal para las familias.

Comimos en el restaurante For You's Bar, donde, aunque la carta era algo limitada, nos atendieron con amabilidad e incluso prepararon un plato especial para los peques. También hay otras opciones para comer en el pueblo.

Desde allí nos dirigimos a Lugo, donde el día lluvioso nos llevó a refugiarse en el centro comercial As Termas, perfecto para pasar el rato con niños. Por la tarde-noche fuimos al área de autocaravanas de Lugo, que cuenta con unas 50 plazas y está muy bien situada, cerca del centro histórico.

Al día siguiente nos adentramos en la historia, paseando por la muralla romana de Lugo y recorriendo su casco antiguo, que conserva un encanto especial tras sus muros centenarios. Por la noche regresamos al área para descansar y al día siguiente seguimos nuestra ruta hacia Melide.

Melide es un pueblo grande, con todos los servicios, y famoso por una de las joyas gastronómicas de Galicia: el pulpo. Probamos tanto la pulpería Ezequiel como la pulpería A Garnacha, y no sabríamos con cuál quedarnos. Ambas estuvieron a la altura de su fama. Además, tuvimos la suerte de coincidir con la X Concentración Motera Mili-Riders, un evento con música, pinchos, hinchables para niños y, por supuesto, muchas motos que llenaban el pueblo de ruido y color.

Tras varios días intensos, pusimos rumbo de vuelta a Bilbao, directos, con la autocaravana llena de recuerdos y muchas ganas de planear el siguiente viaje.